Que soñamos despiertos, que pintamos nuestra realidad.
Acúsennos de maleantes por querernos, por demostrarlo.
Que valemos nada y todo al mismo tiempo.
Asumiendo nuestra calidad de terroristas
Haremos volar todos los edificios
las oficinas
la casa de gobierno
los rascacielos
plantaremos pasto
y árboles, muchos árboles
tan altos que el cielo quedará pequeño.
Luego de los campos a nuestros pies
crecerán girasoles
tan amarillos
que alumbrarán la noche más negra.
Observando como todo se viene abajo
actuaremos por lo imposible
por lo negado y por lo que queremos.
¡Querernos!
No existe excusa para privarnos de esa libertad
de vernos
de sentirnos
de antemano sabiendo
que volaremos.
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