8.11.11

El arte del romance.

Creo que a veces, (quizás la mayoría de veces, o quizás no), somos incapaces de tomarle el peso a un momento determinado, preciso. Pasa que cuando estamos viviendo esa instantánea de nuestra vida, ese ahora recuerdo, ese segundo, no podemos saber (ni existe forma de saberlo) que más adelante añoraremos y guardaremos con tal cariño y nostalgia ese recuerdo que daríamos lo que fuera por volver a vivirlo. No existe cura para esa nostalgia. Escuchando el The art(e) of romance de funpi, recuerdo la cantidad de veces que he podido ver a BBK, no ya como fun people, por razones biológicas y cronológicas, recuerdo esas tardes en el galpón, en providencia, o en el 334. Las historias que se esconden (o quizás no tanto) detrás de aquellas vivencias, las cosas que uno aprende, la secuencia de imagenes que te marcarán al día siguiente. Aquella mañana en que salí solito de valpo en micro, a eso de las 9 de la mañana, con un sol brillante y un cielo azul cubriendo el espacio, me aprontaba para juntarme con el Enzo afuera del club hípico para vivir una noche memorable de aquél 11 de octubre del 2009. Son recuerdos que valen tanto que te hacen un nudo en la garganta al querer revivirlos, aunque sea por el tiempo que dura en llorar los muertos. Ver un espectaculo como el que dió la Vela, la gran Vela, aquella primera vez que tocaban en esta parte de latinoamérica, pasando tantas canciones, como Burbujas, Zafar, Mi Semilla, De atar, hasta un cover de Ellos dicen mierda! eso no tiene precio (más que el precio de lo que salió la entrada).O revivir las noches de verano en que paseabamos, a veces ebrios, a veces no, por el barrio a las 4 de la mañana y arriesgabamos nuestras vidas porque al gran Sebastián se le ocurría cruzar Vicuña corriendo cuando los autos amenazaban con llegar y acabárnos. El único consuelo es que a mis cortos 17 años de edad he vivído tantas cosas que no me puedo imaginar la cantidad de experiencias que me quedan por vivir, donde radica lo hermoso del azar, lo que me queda por compartir con mi familia y mis amigos (que es lo mismo, al fin y al cabo). La cantidad increíble de fotos que me quedan por sacar, la cantidad innumerable de marchas a las que asisitiré hasta que este mundo cambie, la cantidad de vida que me queda por vivir.


Y como diría la Vela:

Qué podemos hacer si todo sigue como va?
Hay que reirse un poco que la muerte siempre está.
Vamos a hablar de algo que nos haga divertir,
que de tanta sonrisa la muerte se va a inhibir.



:]

 

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Si resulta que sí
si podrás entender lo que me pasa a mí esta noche,
Ella no va a volver
y la pena me empieza a crecer adentro.